Cada día, en la salida del metro de Paseo de Gracia, hay una chica repartiendo el 20 minutos. Al principio, acostumbraba a fijarme en cómo está ahí con cara palo, mirando a las manos de la gente en vez de a las caras, cumpliendo una función casi automática, como si en realidad ese movimiento no tuviese que ver con ella.
Desde que me dí cuanta, cuando paso por su lado, le miro a los ojos (los tiene azul claro, muy bonitos) y le dedico una sonrisa y un buenos días, mientras me tiende el periódico. Y hace una temporada que me responde del mismo modo. No lo hace con nadie más, y cuando me voy vuelve a la cara de palo y a ser una expendedora de periódicos andante.
Parece mentira que se haya establecido este tipo de complicidad simplemente con un saludo tan gastado. Pero para mí no es lo que se dice, si no algo como reconocerle eso de "cuánta gente y que pocas personas...".
Alba Celaya salta con Bamby en abril de 2023
Hace 1 año
2 comentarios:
Y seguro que ese "buenos días" que le dedicas le hace más llevadero su tortura personal... cuesta tan poco ayudarnos entre nosotros...
Me recuerda a Cocodrilo Dundee, saludando a todo el mundo por Nueva York.
:)***
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