(Este post va sobre todo por tí, aunque un poco también por mí)
La vida es como un relato que se va escribiendo día a día. Yo imagino la mía en una libreta de hojas casi milimetradas, de tapa dura, forrada de algún papel tan llamativo de esos que me gustan. Pero cada uno tiene la suya, y estoy convencida de que cada uno la imaginará distinta.
Y una de las cosas que tengo más claras es que hay veces en la vida que cuesta mucho decidir qué signo de puntuación toca. Hay situaciones de coma, otras de punto y seguido, y otras de punto y aparte. Y por suerte, sólo un punto final.
La vida está llena de decisiones; algunas más fáciles, otras muy complicadas (sobre todo si las comparas con la narración del vecino, que a veces te deja meter las narices en su libro).
Pero para todos igual, sumidos por completo en nuestra historia, el tema es que llegado el momento de decidir cómo actuar, poner un signo u otro, sabes que no podrás corregirlo cuando te arrepientas. Porque sabes bien que el curso de la vida no cuenta con tipp-ex ni se escribe en un procesador de texto (así de rudimentarios somos). Entonces la historia queda en suspenso, sin echar ni adelante ni atrás. Sigues escribiendo a renglón seguido, con frases demasiado largas y demasiado carentes de sentido.
La vida no es más que echarle pelotas al asunto y escribirla sin miedo, porque cuando llegues al final y la leas toda del tirón pensarás "sí, me equivoqué. Pero todo esto (lo bueno y lo malo) lo he vivido yo".
Alba Celaya salta con Bamby en abril de 2023
Hace 1 año
3 comentarios:
Honey, ya estás linkada.
Y efectivamente, con dos huevos, la cabeza alta, y empujando.
Uhm... Honey... Me estás haciendo sentir de lo más duce últimamente. Eres un encanto, wapetón :*
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