Vengo de cerrar Luz de Gas. Casi se me hace raro salir un lunes por la noche si no es con la gente de siempre. Pero hoy iba casi sola. Con Devorah, que es como ir con una mariposa que no para quieta. Y eso me ha dado la oportunidad de sentarme tranquila rodeada de un montón de extraños y ser anónima. No hablar con nadie. De nada. Ni si quiera tenía por qué pensar en la música, ni en la colada que no he puesto, ni en que mañana voy a trabajar temprano. Ni en tí ni en nadie. Ni si quiera en mí.
He cogido una cerveza y me he mimetizado con el ambiente de las luces ténues y la gente mirando al escenario. Y he estado sola. Echando muchas cosas de menos, y otras tantas de más. Sin vocalizar ni verbalizar. Tan sólo estando.
Las notas iban arrastrando consigo parte de mi noche y mi nostalgia, llevándola tan lejos de mí que se hacía intangible, y se desintegraba con el final de cada canción. Y las he olvidado, y no me importa.
Tan solo deseaba abandonarme y ver como las cosas siguen fluyendo a mi alrededor, y que el mundo sigue en pie, y que yo sigo en el mundo.
A veces es complicado salir de tí para ver las cosas desde fuera. No creo que lo consiga nunca, pero voy acercándome.
Alba Celaya salta con Bamby en abril de 2023
Hace 1 año
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