Mi vida se parece a la de un aeropuerto. Por ella circulan decenas, centenares, millares de personas. Tienen en común que están de paso; van y vienen por mis entrañas. Soy testigo, mudo e impotente de madrugones, encuentros, despedidas, pérdidas y esperas. Hay gente para todo; hippies con mochilas y altos ejecutivos, gente de la calle, equipos de fútbol. Cada uno deja o coge sus cosas. Algunas se pierden, es cierto, y un día las encuentro en el rincón más insospechado. Colecciono maletas y neceseres, carteras, recuerdos e ilusiones.
La gente va y viene por mi vida. Casi nadie haría de mí su casa.
Y creo que no tengo derecho a pedirte que te quedes a verles pasar conmigo.
Alba Celaya salta con Bamby en abril de 2023
Hace 1 año
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