- Os odio a todos

Os odio a todos. Esta brillante y calurosa mañana he llegado a mi despacho después de darme un garbeo por Barcelona visitando a un par de clientes, compartiendo cafeses y anécdotas, y me he encontrado un centenar de mensajes por leer.

La mayoría los he ventilado rápido; tengo siete para leer con más calma en cuanto tenga un rato. Me he repuesto de la impresión más o menos bien, lo cual no hace que os tenga menos manía. No es nada personal, yo tampoco me caigo bien del todo.

Este mensaje forma parte de uno que he enviado esta mañana a una lista. No estoy muy lúcida ni tengo mucho tiempo, y el trabajo se me va acumulando de mala manera.

Ayer cené marisco y ahora mismo daría lo que fuera por salir de la oficina e irme a tomar una cervecilla a una terraza, luego pasear un rato por la playa, y luego tumbarme a dormir hasta que el cuerpo me dijera basta.

Me han salido unas rozaduras por culpa de unos zapatos preciosos que me compré ayer, y no me he acordado de coger tiritas esta mañana.

Hay cosas de mí misma que no comprendo, y eso me cabrea.