Hay días que la vida está como sosa, insípida. Le falta sal, o azúcar, o pimentón picante, o un toque de canela. Cualquier cosa para que deje de ser éste plato que no se puede decir que esté malo, no, porque a otro le encantará así... Pero me sabe monótona, como si comiese papillas de lo mismo a cada comida.
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