29.9.05

Ying-yang

Convergente o divergente, cóncavo o convexo, inductivo o deductivo, plano o esférico. Hay veces que las cosas que más sorprenden son las que contrastan de forma natural, que no podrían entenderse de otra manera, que son las dos caras de una misma moneda.
Cada uno de nosotros somos así; podemos actuar de formas absolutamente contrapuestas en cada momento, y elegimos un camino. Entonces me pregunto... ¿Por qué la gente no elige ser como quiere? Todos tenemos limitaciones, claro, pero hay aspectos básicos del carácter que podemos dominar o reconducir.
Hoy me he levantado triste y agotada, y he decidido que no me apetecía pasar el día así. Me he puesto a prueba, y he cambiado la rábia por melancolía, y la acidez por dulzura. Y el día ha cambiado conmigo. Hasta parece que sale el sol.
Tal vez, en realidad, no sea posible. Pero creer que puedo hacer que las cosas sucedan me hace sentirme más dueña de mi vida.

26.9.05

Coco

Lo que tenía que haber sido un plácido y relajante fin de semana en Andorra ha resultado ser lo peor que os podáis echar a la cara para los nervios. Y es que ¿a quién se le ocurriría buscar reposo en un centro comercial la vigilia de Reyes a media tarde?. Pues a mí, que tengo ideas de bombero. Lo que he sacado en claro es que mi chico (marido, ¡es marido!) es capaz de alegrarme el día más torcido, y que para eso no es necesario irse a un lugar entre las montañas al otro lado de un millón de curvas.
Otra cosa para partirse de la risa; el Hotel. Señoras y señores, si desean hospedarse en un cinco estrellas en "el pais dels pirineus", ni se les ocurra mirar el Plaza. Habitaciones pequeñas, de techo bajo, los baños rotos... Tuvimos que pedir el cambio de habitación porque cuando, al llegar intentamos ir al servicio casi nos desnucamos con el puñetero abuhardillamiento. Y el siguiente baño tampoco era ninguna maravilla, la verdad (sólo te podías sentar de lado... con lo incómodo que es eso), pero no me voy a poner pesadita con los detalles. Eso sí, me hierve la sangre...
Cosas positivas de estos días; comer chocolate, ver la tele, media hora (sólo media hora, antes de que llegase una infernal marabunta de gente) de baño tranquilo en Caldea, la compañía de mi marido (¿Ves? ¡¡lo has hecho!!), unas bambas, un bolsito y una camiseta de Coco.





Sí, Coco, uno de los iconos televisivos de mi infancia, y uno de los pocos que nunca me hizo llorar. Porque yo he lagrimeado por Heidi, por Bambi (vale, por su madre más aún), por los Gnomos... Hasta el personaje de Frankenstein de "La Bola de Cristal" me hizo llorar una vez porque se sentía muy solo.
Pero Coco no; Coco siempre contaba cosas; explicaba e ilustraba, nunca mostraba crudas realidades de ningún tipo. Así que hoy llevo en el pecho este homenaje mío a la ilustración de la infancia sin lágrimas... Y pobre de quien se ría de mi Coco. Que lo sepáis.

22.9.05

Peace in my mind

Viendo cómo ha ido esta semanita, creo que puedo irme olvidando de postear a diario. La verdad es que he ido de cráneo, casi sin darme cuenta de que los días empezaban y se agotaban y se sucedían.
A pesar de que no sepa reflejarlo en el blog, no considero que eso sea malo... Pero debo encontrar nuevas formas de administrar mi tiempo, o la universidad lo pagará.
Pero bien, sigo disfrutando de este bien tan escaso que es la vida; este finde me fugo con mi señor marido a Andorra, a disfrutar de la paz y la tranquilidad que la falta de prisas brinda, al sosiego que se produce en medio del caos (que supongo que aquéllo estará como un huevo), a permitirme el lujo de sumergirme en las aguas de Caldea y cosas malas de esas.
Malas, sin duda, porque se acaban :)

19.9.05

Lunes

Odio los lunes, sí. Este no ha sido una excepción. Tal vez un poco más duro de lo esperado. Igual es para que vaya entrando en calor...
No sé si os pasa, pero a veces me siento como una máquina de esas de las antiguas, que tenía que calentarse antes de ponerse en marcha. Me dá la impresión de que lo que me queda antes de final de año va a ser de infarto peeero (ais, con los peros) espero que todo sea para bien o para mejor.
Tal vez los lunes, al fin y al cabo, me hagan un favor. Pero ya podrían venir juntitos cuando me encuentre con fuerzas para afrontarlos, coñe.

15.9.05

Flores

A mí me gustan las flores, como supongo que a la mayor parte de este mundo. Sin embargo (y esto me viene de la escuela), cuando veo un ramo de flores, no puedo evitar pensar que les han extirpado los genitales a unas inocentes plantitas...

13.9.05

Idiotas



Ahora coincido con lo que algunos predicáis; en el mundo hay gente idiota. PuntoPosted by Picasa

12.9.05

LOST

Supongo que a estas alturas, quien más quien menos, habrá visto u oído hablar de la serie Perdidos (LOST). Por varios motivos, cuando la emitían por TVE (la primera vez, ahora estan con las reposiciones), no pude seguirla, a pesar de que me gustó muchísimo cuando pillé algún capítulo suelto. Un amigo la consiguió entera en VO, con subtítulos en Inglés y Castellano. Pues bien; desde el viernes por la tarde hasta ayer por la noche he visto los primeros 16 capítulos del tirón, en VO y mayormente sin subtítulos.
No voy a decir que mi comprensión ha sido perfecta, pero vamos, que puedo seguir el hilo sin muchos problemas. Esto ha comportado un par de cosas;



1) Al estar la serie en inglés, he tenido que estar muy atenta para no perder detalle, cosa que ha hecho que tuviese que concentrarme mucho y meterme en la serie. La consecuencia ha sido que durante este finde he tenido pesadillas y sueños agitados. Si es que la tele es mala, ya lo decía yo...
2) No sé qué va a ser de mí cuando se me acaben los capítulos. Ya me han advertido que el final de la serie es como para cortarse las venas a lo largo y, sinceramente, me lo creo. Suerte que con la vuelta de los niños al cole va a acabarse toda la porquería esa de shows veraniegos y van a echar cosas menos infumables.



Pero eso no ha sido lo único que hemos hecho este finde; hemos ido a pasar el sábado a Montserrat, hemos ido al cine (Los guardianes de la noche, realizando la proeza hercúlea de no quedarme frita en toda la proyección) y un larguísimo etcétera de cosas. Sí, me encantan los fines de semana... Igual me tomo uno de estos para descansansar y todo ;)

9.9.05

Mediodías

Desde que volvimos de vacaciones, una vez por semana nos juntamos un grupo de gente los jueves para comer.
Hay veces que miro a los comensales y me sorprende lo dispares que somos; entonces resulta más agradable charlar y reir con ellos. Una de las cosas que más aprecio es la diversidad, porque creo firmemente que enriquece, siempre y cuando no se pierda la identidad. Y es que las influencias son buenas, pero uno no puede dejarse llevar por todo lo que ve y que resulta de su agrado.
Creo que hay cosas que, por mucho que me gusten, no encajan conmigo. No sé si me entendéis; Isabel Preysler puede ser el colmo de la elegancia y la sofisticación, pero yo no podría ser como ella. Pues como eso, tantas otras cosas.
Por eso disfruto tanto esas comidas; porque veo juntas un montón de cosas que me gustan y que no tengo por qué llegar a ser.

8.9.05

Ha pasado un ángel

Rapunzell ha hecho una entrada en su blog que me ha tocado el corazón. A diferencia de ella yo sí tengo una absurda tendencia a la nostalgia y a encerrarme en mí misma. Sí, no paro de hablar y normalmente estoy bastante animada, pero hay algo en mi interior que tira hacia dentro, y una distorsión de la gravedad que no deja salir determinadas cosas.
Una vez, en un cursillo sobre atención al público al que asistí, nos hablaron del control en las situaciones de presión. Algo de lo que tratamos ese día me resultó tremendamente útil; encontrar un momento de paz. Evidentemente, en situaciones de presión, no puedes pedirlo fuera, así que tienes que aprender a hallarlo en el interior. Cuando lo encuentras, no te cabe duda de que ese es tu lugar, de que es un sitio donde estás segura y en calma, y que cuando afrontas los problemas desde ese lugar nada puede salir mal. Parece absurdo y pseudo-místico, lo sé, pero a mí me resulta útil.


Mi momento de paz es la sensación de estar en la bañera llena de agua caliente, sumergida todo lo que pueda, dejando apenas un poco fuera la nariz. El aire huele a incienso indio (Padmini, mi favorito). Tengo los ojos cerrados y suena "Purple", de Crustation. Es una sensación vívida e intensa que dura un abrir y cerrar de ojos; un instante que me ha teletransportado al sitio donde yo necesitaba estar, y que me devuelve al mundo mucho más entera, con la reconfortante sensación de paz y tranquilidad que ha dejado en toda mi piel algo que sólo está en mi mente.


Cuando creo que no puedo soportarlo, ese momento viene a mí y me hace sacar fuerzas de donde creía que no podían haber más. Tal vez eso en realidad no exista, o tal vez pierda mérito por el hecho de que es inducido, pero me recuerda la sensación que Rapun describía.

7.9.05

A velocidad de crucero

No sé si será a causa del día de hoy o de la noche de ayer, pero estoy que me caigo de sueño. Eso es relativamente malo, porque mi nivel de alerta es más bajo de lo normal y voy a un ritmo más lento, pero también es bueno porque, en pocas palabras, me importa un bledo.
Sí, tengo trabajo, tengo un montón de cosas por hacer en casa, en nada y menos empiezo el semestre de la universidad, hoy tengo cena fuera y mañana seguramente vienen unos amigos a cenar a casa. Pero, como he dicho antes, voy más despacio de lo acostumbrado, y creo que ahora mismo sería incapaz de estresarme aunque me lo propusiera.
Viéndolo así, escrito, tengo que plantearme si este estado es bueno o no.


Sólo un apunte antes de irme... Muchas gracias a los que pasáis por aquí de vez en cuando; Ayer me fijé que el marcador anda ya por encima de las 10.000 visitas.

6.9.05

El café-sonrisa

He bajado a tomar un café con mi padre. Nos hemos encontrado en el bar de siempre; hemos pedido y nos hemos sentado en la barra. Estábamos codo con codo con Constatino Romero, que charlaba con una mujer. Se ve igual, pero mucho más delgado. Su voz sonaba profunda, retumbante, más canalla que en la tele. No sé qué tiene esa voz que me ha puesto la sonrisa en los labios.

2.9.05

Viernes, 2 de Septiembre

No sé qué me han hecho últimamente los viernes, que me tiro toda la semana esperando impacientemente a que lleguen para luego desear que se vayan rápido.
Es como aquél amigo al que hace años que no ves y que cuando quedas con él te hace sentir incómoda.
Hubo un chico con quien tuve esta sensación y, de un día para otro, perdí su número de movil, dirección y e-mail.
Pero con el maldito viernes tengo que convivir al menos un día a la semana.



En otro orden de cosas, hoy es el cumple de mi marido. Ya tengo sus regalos, la fiesta organizada, el pastel encargado, la felicitación (por cierto, voy a imprimirla... ¿Os gusta?)....





Sólo me falta comprar las velitas. Espero que todo quede redondo.

1.9.05

Contras y Pros de mi panorama profesional

Bien, ante todo quiero que quede claro que esto no es un lamento si no una exposición de ideas. Supongo que a menudo doy la vara con el tema del trabajo, y me gustaría que supieseis por qué. Mi trabajo y yo tenemos una apasionada relación de amor-odio, en la que unos días gana el uno y otros, el otro. Así que ahí voy:



Contras
El principal inconveniente que le encuentro a mi trabajo es que requiere mucha dedicación (medible en horas). No penséis que me asusta el esfuerzo, ni mucho menos, lo que pasa es que soy de aquél tipo de personas que prefieren trabajar para vivir que vivir para trabajar. Si me planteo las cosas que me gustaría hacer durante mi vida, saco una lista enorme rápidamente y sin demasiado esfuerzo. La cuestión es que muchas de ellas son, creo, difícilmente compatibles con la dedicación que requiere mi trabajo.
Supongo que hay mucha gente a la que no le parece aberrante trabajar de 9 a 19h. (con dos horas para comer, según el día, claro), pero yo creo que eso es una aberración. Con este plan casi no tengo tiempo para disfrutar de mi marido, ni de mis amigos, ni de mis aficiones, ni de mis estudios, y un largo etcétera. Por descontado, este horario de trabajo tampoco me parece adecuado para tener críos, porque me dejaría muy poco tiempo para dedicarles y disfrutar de ellos, cosa que considero una modalidad de abandono socialmente aceptada. Tengo claro que no voy a tener críos para verles 20 minutos entre semana y los findes, cuando estaría tan cansada y con necesidad de hacer otras cosas que tampoco podría disfrutar con ellos.
También está lo que expuse ayer; estoy quemada por que hace demasiado tiempo que estoy haciendo lo mismo sin haber tenido la posibilidad de dar un verdadero salto. Sí, es una cuestión de edad, y eso el tiempo lo cura. Lo que no estoy segura es que yo tenga paciencia para esperar a que esta cuestión se resuelva sola.
Por otra parte, mi tipo de trabajo no me permitiría reducción de jornada ni cosas por el estilo, por lo que, por muy bien remunerada que pueda estar (que en este caso tampoco es así), no creo que valga la pena. Además, queda el tema de la poca estabilidad laboral en el ámbito comercial. Sí, claro, no es siempre por culpa de las empresas (yo también he dejado trabajos por otros mejor pagados o con mejores perspectivas; un cambio es normalmente la mejor forma de ganar status), pero lo cierto es que es difícil que cualquier profesional del sector llegue a pasar demasiados años en la misma empresa. Si en algún momento de mi vida llego a afincarme, a comprarme un piso (y, por tanto, a tener que pagar una hipoteca), etcétera, voy a necesitar mucha más estabilidad de la que se puede conseguir normalmente en este mundillo.
Por el momento no tengo la necesidad acuciante de tener más horas libres (la verdad, con las que tengo me apaño bastante bien), ni más estabilidad laboral (aunque, francamente, sería de agradecer), aunque sí de algo más de salario (sí, eso tendría que hacerlo yo), pero no me parece un ritmo sostenible a largo plazo.



Pros
Por otra parte, debo confesar que mi trabajo (cuando estoy con ánimos) me divierte. Es estimulante, inagotable y gratificante cuando las cosas salen bien. En la mayor parte de las empresas, el ambiente es joven y dinámico (cosa que a veces se traduce en que acaba siendo agresivo aunque, por suerte, no es lo que más me he encontrado), remueve contínuamente el espíritu de superación, con recompensas a corto, medio y largo plazo. Pero, sobre todo, me divierte.
Me encanta la perspectiva de que mi trabajo me suponga nuevos retos, me obligue a aprender cosas nuevas. Me encanta viajar a cargo de la empresa (siempre que me permita dormir en casa al menos la mitad de la semana) y poder ver a todos los amigos que tengo repartidos por el mundo. Me divierte ser mujer en un mundo de hombres (situación que espero que no dure eternamente). Ya sé que éste párrafo queda un poco cortop con respecto al de arriba, pero para mí, los motivos que aquí expongo son poderosos. Supongo que si un día me decido por girar el timón de mi vida profesional, echaré esto mucho de menos.