Bien, ante todo quiero que quede claro que esto no es un lamento si no una exposición de ideas. Supongo que a menudo doy la vara con el tema del trabajo, y me gustaría que supieseis por qué. Mi trabajo y yo tenemos una apasionada relación de amor-odio, en la que unos días gana el uno y otros, el otro. Así que ahí voy:
Contras
El principal inconveniente que le encuentro a mi trabajo es que requiere mucha dedicación (medible en horas). No penséis que me asusta el esfuerzo, ni mucho menos, lo que pasa es que soy de aquél tipo de personas que prefieren trabajar para vivir que vivir para trabajar. Si me planteo las cosas que me gustaría hacer durante mi vida, saco una lista enorme rápidamente y sin demasiado esfuerzo. La cuestión es que muchas de ellas son, creo, difícilmente compatibles con la dedicación que requiere mi trabajo.
Supongo que hay mucha gente a la que no le parece aberrante trabajar de 9 a 19h. (con dos horas para comer, según el día, claro), pero yo creo que eso es una aberración. Con este plan casi no tengo tiempo para disfrutar de mi marido, ni de mis amigos, ni de mis aficiones, ni de mis estudios, y un largo etcétera. Por descontado, este horario de trabajo tampoco me parece adecuado para tener críos, porque me dejaría muy poco tiempo para dedicarles y disfrutar de ellos, cosa que considero una modalidad de abandono socialmente aceptada. Tengo claro que no voy a tener críos para verles 20 minutos entre semana y los findes, cuando estaría tan cansada y con necesidad de hacer otras cosas que tampoco podría disfrutar con ellos.
También está lo que expuse ayer; estoy quemada por que hace demasiado tiempo que estoy haciendo lo mismo sin haber tenido la posibilidad de dar un verdadero salto. Sí, es una cuestión de edad, y eso el tiempo lo cura. Lo que no estoy segura es que yo tenga paciencia para esperar a que esta cuestión se resuelva sola.
Por otra parte, mi tipo de trabajo no me permitiría reducción de jornada ni cosas por el estilo, por lo que, por muy bien remunerada que pueda estar (que en este caso tampoco es así), no creo que valga la pena. Además, queda el tema de la poca estabilidad laboral en el ámbito comercial. Sí, claro, no es siempre por culpa de las empresas (yo también he dejado trabajos por otros mejor pagados o con mejores perspectivas; un cambio es normalmente la mejor forma de ganar
status), pero lo cierto es que es difícil que cualquier profesional del sector llegue a pasar demasiados años en la misma empresa. Si en algún momento de mi vida llego a afincarme, a comprarme un piso (y, por tanto, a tener que pagar una hipoteca), etcétera, voy a necesitar mucha más estabilidad de la que se puede conseguir normalmente en este mundillo.
Por el momento no tengo la necesidad acuciante de tener más horas libres (la verdad, con las que tengo me apaño bastante bien), ni más estabilidad laboral (aunque, francamente, sería de agradecer), aunque sí de algo más de salario (sí, eso tendría que hacerlo yo), pero no me parece un ritmo sostenible a largo plazo.
Pros
Por otra parte, debo confesar que mi trabajo (cuando estoy con ánimos) me divierte. Es estimulante, inagotable y gratificante cuando las cosas salen bien. En la mayor parte de las empresas, el ambiente es joven y dinámico (cosa que a veces se traduce en que acaba siendo agresivo aunque, por suerte, no es lo que más me he encontrado), remueve contínuamente el espíritu de superación, con recompensas a corto, medio y largo plazo. Pero, sobre todo, me divierte.
Me encanta la perspectiva de que mi trabajo me suponga nuevos retos, me obligue a aprender cosas nuevas. Me encanta viajar a cargo de la empresa (siempre que me permita dormir en casa al menos la mitad de la semana) y poder ver a todos los amigos que tengo repartidos por el mundo. Me divierte ser mujer en un mundo de hombres (situación que espero que no dure eternamente). Ya sé que éste párrafo queda un poco cortop con respecto al de arriba, pero para mí, los motivos que aquí expongo son poderosos. Supongo que si un día me decido por girar el timón de mi vida profesional, echaré esto mucho de menos.