Sí señores, la piel tiene memoria.
Por eso a veces parece que el cuerpo juegue con ventaja, y que la memoria nos juegue malas pasadas.
Sucede a veces que olvidamos lo que hemos hecho hace un rato, pero no el sabor de las fresas, que se presenta de improviso en pleno otoño, o el cuerpo de un buen vino, el tacto de la seda, el calor de alguien cuando nos abraza, aunque no nos acordemos de su nombre.
La piel tiene memoria, y suele ser muy discreta y selectiva. Para la memoria de la piel no existe un término medio de nada; lo que nos sucedió fué maravilloso o repugnante, no pudo simplemente ser.
Y debo reconocer que mi piel es muy señorita, y le gusta gastarme jugarretas, recordándome, sin motivo aparente, algo que en su momento me hizo estremecer, y que aún hoy me pone los pelos de punta.
Alba Celaya salta con Bamby en abril de 2023
Hace 1 año
2 comentarios:
FFFFfff...
Joooder.
Podría hablar horas sobre esto, pero no se si el blog este es para mayores.
El olfato es una cosa que solo dispara recuerdos en florianes como Proust. A los felinos, felinos, lo que nos pone es el tacto de la piel.
Cierto es, el tema dá para mucho. Hay experiencias que la piel no olvida. La mía tiene mucho mejor memoria que yo...
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