Me temo que mi época insomne ha regrsado con refuerzos. La veo acecharme por la casa, en los rincones, señaládome, comentando a sus tropas "es ésa, ésa de ahí". Millones de sueños pueblan mi casa, cada una de las estanterías, la mesa, el cuarto de baño, en la lluvia que cae tras la ventana. En cada uno de los libros que sólo existen para que pose mis ojos en ellos y me pierda en universos ajenos a mí. Ese pérfido insomnio y sus secuaces me niegan el escape a ese mundo donde suceden cosas para otros, sólo para que al sonar el despertador las olviden, como si nunca hubieran existido. Como si nunca los hubieran pedido. Mientras, tras los nubarrones, en el cielo de mi ciudad, la luna está partiéndose de risa conmigo. Y morfeo, tumbado en su lado de la cama, suspira sin que yo pueda colarme en su sueño.
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