Me llamó mucho la atención que alguien se fijara en mis piercings. Bueno, es que yo los tengo tan asumidos que casi ni me fijo en ellos. Es una prueba más de lo subjetivo que es el mundo, no sólo referido a los piercings; algo que para mí es normal, que ya forma parte de mí, para otro puede ser sorprendente y curioso. Exótico. De mal gusto.
Total, que tengo que resignarme. No sé cómo me véis. No sé que pensáis de mí.
Una parte de mí pregunta ¿Y a quién le importa?. Y la otra responde... ¿tú que crees?
Cuidado con Oscar Pulitzer
Hace 1 año
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