3.7.08

Tal como yo lo veo

Este año he aprovechado la coyuntura (de mi cumple y que hacienda ha tenido a bien devolverme el dinero que llevaba un año ahorrando por mí) para hacerme un regalo que hace tiempo que quería; una cámara de fotos.

Sí, vale, ya tenía una. Una de esas pequeñitas y compactas, ideales para llevar en el bolso y que no me dolería en el alma perder. Pero ahora quería otra cosa. Quería tener la oportunidad de aprender a plasmar cosas, situaciones, rostros y lugares de aquellos que se quedan grabados en la retina.

No es de las mejores (no sabría aprovecharla suficiente, a parte de que no podría permitírmela...) pero me basta para retratar con nitidez cosas que me gustan.

Y gracias a ella puedo demostrar que tengo al gato más lindo del universo viviendo en casa. Esta es la prueba.


2 comentarios:

la que no encuentra su sitio dijo...

¡Qué cosa más bonita! Y que cara de bueno :D

Gorpik dijo...

Hablando de perder cámaras, ¿encontraste la que perdiste en casa del Capi? Porque aquello fue un buen misterio.