(Otro post emo. Ya conocéis vustros derechos. Será la fase lunar, qué queréis que os diga)
¿Sabéis qué? Que estoy harta. Se terminaron los Sanfermines y sin haber visto un encierro no me libro de los toros, que me persiguen implacables cuesta abajo. No encuentro un burladero, no puedo entrar en las vallas y ni si quiera veo la arena; ando resbalando y tengo la terrible sensación de que en cualquier momento van a cornearme o arrollarme. Pobre de mí.
Sigo al pie del cañón y hago lo que puedo. Tal vez no sea tan malo estar simplemente cumpliendo. No estoy tan mal, pero ando lejos de estar como quisiera. Me siento en un estado de resaca permanente; vuelve a dolerme la cabeza. Ando a la espera de poder arreglar un montón de cosas que no terminan de concretarse, y me obligo a poner buena cara y a tirar y a cuidar de demasiada gente. Cuando intento hacer las cosas fáciles para los demás; mal. Cuando intento hacerlo fácil para mí; peor. Parece que no acierto nunca. Pobre de mí.
Tengo la sensación de protagonizar una peli de Almodóvar, a la que solo le faltan un travesti y unos pendientes de plástico. Quiero un respiro, una área de servicio, un oasis o una tregüa. Las vacaciones no llegan nunca, y me siento incapaz de mirar más allá de mañana por la tarde. Tengo la nevera vacía y ninguna gana de llenarla. Ni si quiera me apetece cocinar. Algunas plantas de mi terraza han muerto, y aún no he retirado los cadáveres. Qué bien se postergan las cosas en estos momentos. Pobre de mí.
Quiero un abrazo de mi madre. Quiero calor, comprensión y compañía. Quiero dormir de un tirón esta noche. Quiero apasionarme con un libro, engancharme a un videojuego, fotografiar cosas bonitas y reirme a carcajadas. Quiero poder agradecer que no haya sido peor, mirar este post en unos días, y burlarme de lo bien que se me da ser la reina del drama. Pero ahora quiero que terminen estos Sanfermines. Y poder entonar con sorna mi propio Pobre de mí.
Cuidado con Oscar Pulitzer
Hace 1 año
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