Supongo que todos habréis visto el anuncio de ese coche en el que se pone a llover en el interior de un piso. Bien; hoy en el piso nuevo ha sucedido eso, pero a pequeña escala. Señoras y señores, tenemos una fuga.
Creo que hoy he empleado más términos de fontanería y albañilería que en todos los días de mi vida. Debo haber hablado de bajantes, codos, poros y demás como aquellas quinientas veces. Y todo ello mientras achicaba agua.
Y todo ello sucede, como Murphy sabe perfectamente, un viernes antes de un puente.
La parte mala, evidentemente, es que toca estar al loro de ir cambiando cubos y vaciarlos a intervalos regulares. La parte buena es que no pienso preocuparme de pintar la cocina, el baño ni el fregadero. Y que he conocido a casi todos los vecinos de la finca, que se han mostrado encantadores y encantados de conocernos y de opinar que aparentamos ser gente normal, no como los anteriores inquilinos.
Ais, hoy ando un poco desanimada.
Por cierto, que no lo he comentado para que nadie se sienta obligado, pero si alguien piensa aburrirse estos días puede pasarse a echar una mano ;)
Cuidado con Oscar Pulitzer
Hace 1 año