21.3.07

Cosas y casos, o un par de días de suspense...

Un poco de rollo familiar e intrascendente:

El domingo quedamos con mi suegra. La semana pasada pusieron la ADSL en su piso y le hacía falta alguien para instalarle un poco de todo y, como todo el mundo sabe, para mis familiares de sangre y políticos hasta tercer grado, el papel de experta en ofimática lo ostento yo (Dios les pille confesados). Antes de liarnos nos fuimos a comer (madrugar los domingos, salvo en casos excepcionales, es algo que prohibe expresamente mi religión) y, a la vuelta, vimos unos anuncios de pisos en alquiler. Por zona y aspecto de la fachada parecían de lo más golosos, así que tomé nota de los teléfonos.

El lunes por la mañana llamé, y dio la casualidad de que los que no eran prohibitivos o ridículos estaban ya reservados. Sin embargo me ofrecieron uno de características apetecibles, y cogí hora para ir a visitarlo el martes.

El piso que vimos me pareció fantástico; un ático luminoso en una buena zona, tres habitaciones, baño y aseo, en un estado aceptable, con un salón enorme y un precio razonable, pero en la línea del mercado (o sea; una aberración que me puedo permitir si prescindo de lujos). Después de darle tres millones de vueltas, hablar mucho con mi marido, echar cuentas hasta quedarme bizca decidimos que el piso, realmente, nos interesaba.

Hoy miércoles a primera hora de la mañana llamo para hacer la reserva. Nadie me coge el teléfono. A la tercera intentona, puesto que tenía que salir un rato, dejo un mensaje en el contestador contándoles que quería reservar ese piso. Salgo a desayunar y hacer unos encargos y vuelvo a mi trabajo. Llamo de nuevo. Me cogen el teléfono. Explico el motivo de mi llamada y la chica me comenta, con voz de sorpresa, de que en ese mismo momento hay un chico formalizando la reserva de ESE MISMO PISO. Me cago en su madre veinte veces (educadamente, por supuesto) y pregunto para qué tienen contestador si no lo escuchan.

La chica me dice que ha sido un "desafortunado incidente". Me vuelvo a cagar en su madre, sus muertos y sus descendientes (pero con finura). La chica me dice que no me preocupe y que me acerque a la agencia a formalizar la reserva. A pesar de no entender nada, decido que será mejor pedir explicaciones en persona, así que cojo la moto y me acerco.

La chica me comenta que si realmente estamos interesados sólo hay una solución; que yo haga también la reserva, le haga llegar toda la información que me piden (certificados de solvencia, nóminas, recibos de mi alquiler actual, contrato de trabajo, fotocopias de DNI y la factura de mis bragas) y que el propietario del piso decida a quién se lo alquila.


Y asín estamos, en vilo. Según los de la inmobiliaria, cuando el propietario tenga toda la información tomará una decisión rapidamente. Por si acaso hemos fijado fecha para la firma del contrato de alquiler (el día tres de abril), pero todo está en el aire hasta que reciba la llamada. Si la cosa va bien me quedo sin vacaciones (las cogería ahora para arreglar el piso) y me mudo en breve. Y si no es así, habiéndole dejado (aunque no por ganas) esta oportunidad de elegirnos al propio destino será que el piso no era para nosotros. O que los de la inmobiliaria son unos inútiles.

Veremos. Paciencia y valeriana.

3 comentarios:

Fantine dijo...

Estaré encantada de visitar tu nuevo piso cuando vayamos a Barcelona en San Jordi :)

Suerte hermosa!!!

Pucela dijo...

Para empezar, enhorabuena generalizada a tu boy, a ti, al gato y a las plantitas de tu balcón.
Aunque no consigáis este piso, el plantearlo e ir tirando p'alante es una noticia de la que me alegro mucho.

Y para acabar, enhorabuena por el piso, que seguro que hay suerte (cuando el arrendador vea lo mona que eres/estás, tira el otro expediente al fuego seguro).

. dijo...

Ais, ojalá el todopoderoso propietario os oiga. Sois unos encantos ambos dos. Daos por invitados :)