6.10.03

Supongo que ya os lo comenté a algunos; el viernes pasado tuve una cena con los ex-compañeros del instituto.
Francamente es una experiencia curiosa que, al menos a mí­ me sirvió para 2 cosas;
1ª- Aumentar mi ego prácticamente hasta el 200%. Tendrí­ais que haberles visto a todos; hechos unos colgaos de tres pares de narices (algunos más que otros), la mayorí­a no habí­an acabado aún sus carreras, no por motivos "excepcionales", como estar currando y estudiando a la vez, o cambios de universidad en los que no les han convalidado una mierda (como a la menda lerenda), sino por pura perrería, por haber perdido ños y años chupando de papá y mamá, de fiesta en fiesta, sin nada a dónde agarrarse con casi 25... ¿Queréis creer que era la única que volví­a de trabajar (en traje, para más señas) y que era la única que se habí­a fugado ya de casa? bueno, en realidad sólo había una decena de compañeros, pero es significativo, ¿no?
2ª- Me recordó que no me habí­a llegado a integrar nunca en el instituto. Con los compañeros, me refiero; los profesores me recordaban todos con gran cariño, como una buena alumna (a pesar de que hubiera repetido tercero por pura perrería...), pero hasta profesores a los que nunca habí­a tenido me recordaron como "aquella chica que hablaba tan bien"... ¡El profesor de filosofí­a usa aún como guión para sus clases sobre Freud un trabajo que hice yo! El tí­o me dijo que estaba pensando en llamarme un dí­a y preguntarme si querí­a comisión por derechos de autora....
En resumidas cuentas, fué una experiencia curiosa.... La verdad es que no me sabrí­a mal repetirla dentro de unos años y ver qué tal siguen todos... jejjejee

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