Supongo que ya os lo comenté a algunos; el viernes pasado tuve una cena con los ex-compañeros del instituto.
Francamente es una experiencia curiosa que, al menos a mí me sirvió para 2 cosas;
1ª- Aumentar mi ego prácticamente hasta el 200%. Tendríais que haberles visto a todos; hechos unos colgaos de tres pares de narices (algunos más que otros), la mayoría no habían acabado aún sus carreras, no por motivos "excepcionales", como estar currando y estudiando a la vez, o cambios de universidad en los que no les han convalidado una mierda (como a la menda lerenda), sino por pura perrería, por haber perdido ños y años chupando de papá y mamá, de fiesta en fiesta, sin nada a dónde agarrarse con casi 25... ¿Queréis creer que era la única que volvía de trabajar (en traje, para más señas) y que era la única que se había fugado ya de casa? bueno, en realidad sólo había una decena de compañeros, pero es significativo, ¿no?
2ª- Me recordó que no me había llegado a integrar nunca en el instituto. Con los compañeros, me refiero; los profesores me recordaban todos con gran cariño, como una buena alumna (a pesar de que hubiera repetido tercero por pura perrería...), pero hasta profesores a los que nunca había tenido me recordaron como "aquella chica que hablaba tan bien"... ¡El profesor de filosofía usa aún como guión para sus clases sobre Freud un trabajo que hice yo! El tío me dijo que estaba pensando en llamarme un día y preguntarme si quería comisión por derechos de autora....
En resumidas cuentas, fué una experiencia curiosa.... La verdad es que no me sabría mal repetirla dentro de unos años y ver qué tal siguen todos... jejjejee
Cuidado con Oscar Pulitzer
Hace 1 año
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