3.1.08

2008

El año nuevo está recién estrenado.
Esta vez, devorando las uvas, no me he hecho propósitos vacuos ni frívolos (lo del gimnasio va a parte, claro, y lo de la carrera no cuenta). Sólo le he pedido al 2008 que sea el año en el que empiece a conseguir hacer de mi vida un poco más lo que me gustaría que fuese.
Aunque eso tiene truco, claro, porque en realidad el año no tiene nada que ver.
Por si acaso, la batería se la voy a pedir a los Reyes Magos.

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