Bien, una vez superados los traumas viajiles, el sábado tuve tiempo de volver a ir a una clase de Danza Oriental, en éste caso muy bien acompañada (venían conmigo 3 mensistas). A posteriori pudismos disfrutar de una distendida charla, pero en lugar de ello, conseguimos desaprovechar la oportunidad de hablar de un tema que nos concierne a todas. Bueno, no fué exactamente así; resulta que 3 de las 4 personas que estabamos sentadas en frente de las tapas de pulpo gallego, patatas bravas y aceitunas queríamos debatir un tema que nos preocupa, mientras que a la cuarta no le apetecía para nada hablar sobre el mismo. Las otras tres vimos frustradas nuestras espectativas, bien por no saber expresar con claridad nuestras ideas o bien por empecinarnos en hablar con eufemismos o irnos por los cerros de Úbeda. Deseo hacer un llamamiento público. ¿Volvemos a intentarlo? Démonos otra oportunidad.
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