Cada día me resulta menos extraño mi nuevo trabajo. Ya voy conociendo a los asiduos y estoy más familiarizada con la operatoria diaria, aunque aún hay cosas que se me escapan. Cómo no, hay muchas cosas aún por aprender.
Pensaba que se haría más raro. Al fin y al cabo el trabajo es radicalmente distinto al que venía haciendo hasta ahora, pero como hay mucho que hacer me mantengo ocupada y casi no tengo tiempo para pensar. Es una experiencia muy reconfortante. Ya veremos si en un tiempo sigo pensando así...
Entre una cosa y la otra ha llegado el verano. Hace mucho calor y los días son largos. Supongo que eso también hace más llevadero lo de levantarse temprano. No quiero pensar cómo va a ser en invienrno, cuando vaya a trabajar siendo aún de noche...
Todo mi cuerpo anda ajustándose a los nuevos horarios. Las pastillas que tomo para la migraña no ayudan demasiado, porque me dejan KO y me provocan habre (mucha habre). Suerte que en un mes paro. Espero que los dolores de cabeza no vuelvan como suelen y que mi gula pare un poco, que a este paso saldré rodando en breve...
No sé, no ando muy locuaz ultimamente. Supongo que hay tantas cosas y cositas que me abruma ponerme a escribir. A ver si el calor hace remitir esta dichosa pereza...
Cuidado con Oscar Pulitzer
Hace 1 año