Todo empezó (para mí) cuando un grupo formado por cuatro intrepidos mensistas se reunieron en plaza España. Muchos nervios y muchas ganas de pasarlo bien, junto con la incertidumbre de no saber exactamente qué ibamos a encontrar en aquél paraje desconocido...
- ¿A quién coño se le ocurre ponerle Mazarrón a un pueblo?
- ¿No era Marrazón?
- Que va... Mazarrón... Creo
- Joder, pues espero que a mi medio pomelo no se le ocurra buscar el sitio en un mapa, que va a creer que tengo un lío...
Nos sentamos en el coche y pasamos por la gasolinera
- A todo ésto... ¿Quién trae el mapa?
- Puess...
- Ésto...
- Mira....
- ¡No me jodas! Bueno, pues... ¿Alguien se lo habrá mirado, verdad?
- Puess...
- Ésto...
- Mira....
Bien, una vez concretado que todos creíamos que el lugar en cuestión se llamaba Mazarrón, que estaba cerca de Murcia, nos pusimos a divagar sobre el nombre del hotel, al que bautizamos como "los álamos" (aún no entiendo ni por qué surgió ése nombre), decidimos que Murcia estaba a unos 600 Km y que por tanto llegaríamos en unas 6 horas; entre las 22 y las 23 horas.
El viaje comenzó (más o menos es fácil orientarse; fuimos "hacia abajo"). kilómetros y más kilómetros con varios intentos de amenización del trayecto
- Sabéis aquél que....
Un par de intentonas prácticamente me costaron la lapidación, pero conseguí desviar la atención
- Oye, con dos horas de retraso pero empezamos a estar cerca de Murcia... ¿No deberíamos ver ya algún cartel?
- Bueno, bueno, no te preocupes, seguramente en Murcia habrá alguna indicación...
- Oye, ése BMW Matrícula de Barcelona que nos acaba de adelantar a unos 200 por hora... No será el de quién yo creo...
- ¿No dijo que venía en avión?
- Pues a mí me mosquea... además, igual sabe cómo llegar
- ¿Qué dices?
- Que yo que tú lo seguía
- No, fíjate, que coge ése desvío a la N340, nosotros seguiremos hacia Cartagena que es lo lógico, que está en el mar, y como ahí también hay mar, pues....
- Yo lo habría seguido
Una vez pasados varios kilómetros desde Murcia, sin ver indicación alguna sobre Mazarrón, decidimos llamar a ver cómo se iba hacia el Hotel
- Bien, tenéis que volver hacia Murcia y coger el desvío de la N340
- Ok, espero que haya un BMW que nos indique la salida....
- ????
Aventuras y desventuras varias, llegamos al hotel sobre las 2 de la Madrugada. Sin cenar, cansados y de una mala leche... Decidimos casi por unanimidad hacer acto de presencia, comernos unos inmundos bocadillos (sin tomate, of course) y retirarnos a nuestros aposentos. Después de la descripción de la fabulosa cena a base de "fletán" (nótense las comillas) cosecha de hace varias temporadas y demás manjares que nuestros consocios habían cenado, casi creo que fué lo mejor.
DIA 2
A la mañana siguiente había previsto un partido de futbol o visita turística... a algún sitio. La menda lerenda no tenía el cuerpo para tales fiestas, de modo que me quedé durmiendo en la habitación. Podría haber dormido hasta que la almohada huhiera pedido piedad, pero en lugar de éso, decidí levantarme cuando la camarera empezó a picar insistentemente a la puerta para limpiar. A qué mensista se le hubiese ocurrido poner el cartel de "no molestar"....
Una vez abajo, desayuno (fuera de lo estipulado, evidentemente) a base de café inmundo y magdalenas envasadas. Charla con varios cosectarios en la que empezamos a describir vicios ocultos (de los confesables). Tuvo especial interés una intensa descripción de nuestra afición por los pepinillos, y decidimos improvisar una cata de los mismos. Excursión al UPPER (allí no hay supers, hay UPPERS o mercadonas), en donde encontramos pepinillos en varias salazones (sabor anchoa, normales...) y pastillas de chocolate con el 72% de cacao, que compramos también.
Una vez en el hotel, orgía pepinillística (con acitunas para amenizar) en la que decidimos la fundación de VICIOGIE (por el momento sin lista de correo). Acto seguido, comida a base de bazofia variada (invariablemente acompañada de patatas fritas frías). Por la tarde, varios mensistas se decidieron por la opción siesta mientras los demás jugábamos a algo o asistíamos a conferencias. Lamentablemente sólo aguanté despierta la primera; Superrealismo e hiperrealismo, impartida por el inigualable Dr. Pepix. Salí de ahí viendo hiperrealidades varias y cuadros de inspiración freudiana en cada uno de mis compañeros. Todo ello, evidentemente, a la espera del BARÇA-MADRID de la noche. Efectivamente, después de la cena, que colocó el nivel de la cocina más o menos en el subterráneo (recuerdo con especial cariño la sopa de pescado con calamares con espina) el partido. Digna de mención son las constantes intervenciones de nuestro Avestruz recordando a los madridistas quién está en la junta y quien no, amenazando con medidas represivas y animando a que el partido finalizara con varias piernas rotas o, al menos, hematomas.
Seguidamente el esperado concierto de los Pelafustanes (al que no acudí por compromiso previo; me estaban enseñando a jugar al Catán). Cabe destacar la lamentable actuación de un personaje del hotel que nos echó de malos modos de la sala de juegos, llamándonos caprichosos y diciendo que no teníamos derecho a impedir que durmiera. Me importa un bledo; yo tampoco dormí.
Una vez bajamos al salón, empezamos con las cervecillas arriba y abajo (más arriba que abajo) y hombres lobo, etc. Al cabo del rato de socializar, una figura se acercó a varios susurrando simplemente... 418. La palabra clave. 418. ¿Qué sucedió en la 418? Éso, damas y caballeros, en la siguiente entrega...