20.7.07

8 cosas que probablemente no sepas sobre mí

Este es el regalo que Fantine me deja en su blog; un reto para que os sorprenda. A ver si lo consigo...

Reglas:

A. Cada jugador comienza con un listado de 8 cosas.
B. Tienen que escribir esas 8 cosas en su blog y junto con las reglas del juego.
C. Tienen que seleccionar a 8 personas más para invitar a jugar y anotar sus nombres o el nombre de su blog.


Y empiezo...

1.- Creo que no hay un día en que no piense en mi abuelo. Le quería horrores. A pesar de que con el tiempo su imagen se va difuminando no olvido la sensación de paz que me transmitía, ni sus inmensos ojos azul eléctrico, ni su calidez. Recuerdo los veranos en la playa, sus pequeños gestos de coquetería, cómo me enseñó a nadar y a cazar mejillones y la pulcritud de su escritorio. El último beso que le dí fué cuando estaba ya en el féretro, antes del funeral. Besé su frente fría y mientras le acariciaba el pelo le deseé un buen viaje, y le prometí que jamás le olvidaría. No creo que pudiese romper esa promesa aunque lo quisiera. Tal vez algún día reúna valor para colgar aquí el escrito que le regalé por su último cumpleaños.

2.- Fantaseo un montón. Tengo tanta práctica en ello que, mientras, puedo ir haciendo otras cosas. Alguna vez se me ha ocurrido compartirlo con alguien como método de relajación. Desconecto y me translado mentalmente al sitio en el que me apetecería estar (Rio en plenos carnavales, y yo siendo la reina, o en un balneario recibiendo todo tipo de mimos, o en un refugio de alta montaña al amor de la lumbre de una chimenea, o tostándome en una playa caribeña con una piña colada en la mano....), haciendo lo que me viene en gana en ese momento. Perfilo todos los detalles que puedo; texturas, sonidos, olores, sabores, temperaturas... Es muy gratificante. Y además sale muy barato.

3.- No puedo "ir" al baño sin poner el calentador. Y esta es una primicia de aire proctomántico; Da lo mismo si s invierno o puro verano. Si no tengo el zumbido del aparatito ese es que no lo consigo. Evidentemente el entorno debe acompañar; puerta cerrada y nadie cerca, ni hablándome, ni un teléfono sonando. Yo sin tiempo y calor no soy nadie.

4.- Tampoco puedo dormirme a gusto si no estoy tapada. Hasta el cuello. Y mejor aún si es con algo un poco pesado; una simple sábana de algodón no sirve. Tengo a mi marido frito... O más bien asado, de hecho.

5.- Creo que soy algo hipocondríaca. Bueno; igual no es exactamente así. El funcionamiento de las cosas en general, y del ser humano en particular, me produce tanta curiosidad que debo (y digo debo) informarme sobre ello, aunque sea sólo un poco. Una vez investigado sobre el asunto enconcreto, sintomatología, posibles antecedentes familiares o de conocidos, etcétera, no puedo por más que sentir que yo también puedo sufrir de eso.

6.- Soy mala. En el fondo soy mala de andar por casa, porque no le deseo (demasiado) mal a (casi) nadie, pero mucha gente se sorprende cuando desato mi lado más cruel, sádico y vengativo. Porque lo tengo, y da mucho suto.

7.- No soporto llorar en público. Al menos entre gente que conozco. Una vez me puse a llorar en medio de un tren atestado de gente; de pura pena, de puro dolor, pero eran lágrimas serenas y liberadoras. Iba sola (todo lo sola que se puede ir en un tren de cercanías lleno), y la gente de mi alrededor me miraba raro, y hubo hasta quien se interesó largo rato por saber si estaba bien. Les contesté que sí, que pocas veces en mi vida me había sentido mejor (cosa absolutamente cierta). Sin embargo, cuando lloro en casa (y no es por una película u otra tontería por el estilo) corro a esconderme de mi marido. El pobre nunca lo ha entendido, aunque lo respete.

8.- Me considero una completa ignorante. No diría que me crea tonta, pero hay veces que me siento así. Vivo rodeada de gente con grandes conocimientos y/o habilidades, gente que (al menos) aparenta estar en paz, sentirse bien, y les envidio profundamente. No sé, creo que debe ser muy reconfortante. Yo no puedo más que sentir un inmenso vacío en muchos sentidos, algo similar a lo que describe Amélie Nothomb en su libro Biografía del hambre, solo que en menos pedante.

Y con esto y un bizcocho les paso el testigo a Beor, Chikago, Duende, Hari, Oniric, Peluche, Porrón y Pucela. A ver con qué me sorprenden...

6 comentarios:

Unknown dijo...

Llorar cuando te apetece, es muy saludable -al margen de cosas emotivas de esas que no puedes evitar, claro, como canciones o escenas de películas-, pero sofocarte tú y a tu maridín en ver ano, eso es muy mals ano.

Así que el mundo al revés; llora más cuando estés con los tuyos si te asalta esa emoción, y tápate menos si ello no va a provocar mas que chorros de sudor por los poros de Elísra.

Baci

beor dijo...

Nos hemos cruzado nominaciones XD

Coincidimos en el punto 2 :)

Fantine dijo...

A mi me pasa lo mismo que a ti en el punto cuatro, y es que necesito sentir el peso de las sábanas encima de mi. De todos modos, desde que vivo en Madrid me he acostumbrado a no aguantar absolutamente nada sobre mi (nada, ni siquiera a jambri :P)

. dijo...

Fer; cada uno se desahoga como mejor puede o sabe. Yo prefiero hacerlo a solas. Y, oye, mi hombretón es capaz de aguantar mi calor, pero solo porque es mío. El tuyo sólo legusta para pellizcarte los pezones.

Beor; ¡Ojazos! Le he dicho a Isra que se monte un blog, y me ha dicho que pa tu padre, que si acaso te cuenta lo que quieras en vivo y en directo. Aún hay clases, supongo.

Tere; Hombre, a tí te pasará con Jambri lo que a Isra conmigo, que un ratito de calor lo aguantáis bien... O eso espero, por el bien de tu felicidad pseudo-conyugal :P

Duende dijo...

<< Y con esto y un bizcocho les paso el testigo a ... Duende ... >>

Al final te saliste con la tuya XDD -de que contara cosas personales-. Eso sí, dame un tiempo.

Duende dijo...

Acabo de escribir el post.