Desde hace una temporada, retomando mi política habitual de disfrutar de las pequeñas cosas, tiendo a hacerme mini-regalos de esos que no cuestan casi tiempo, ni dinero, ni son nada especial. Entre otras cosas intento aprovechar los ratos de buen tiempo para ir a tomar un poco el sol, salir por ahi con los amigos aunque sea solo un ratito, cocinar para mí misma o regalarme, de vez en cuando, algo realmente especial.
Una de esas pequeñas cosas es una botella de Cognac. Henessy, en concreto. Es una marca a la que tengo especial cariño por haber sido mi licor de sobremesa en ocasiones realmente dulces para mí.
Así que aquí ando; instalándome el WoW (sí, voy a darme al jaco) después de una comida con amigas, antes de echarme una siesta del recopón y saboreando una copita de Henessy (aunque calculo yo que debe ser la enésima) antes de plantearme qué voy a cenar para salir luego de copas.
Como dirían algunos... "Qué asco de vida" ;)
1 comentario:
Ya eres una de nosotros. Qué guay :)
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