Quien tiene un amigo tiene un tesoro...
... Y mano de obra barata. Finalmente la movida de los armarios de mi piso (mover cuatro armarios de 2,37 metros de alto, 7 medios cuerpos en total) fue una epopeya... Pero menos de lo que esperaba, y profundamente divertida (acabaré poniendo un ficus en vuestro honor) gracias a mi hermana, David, Lumen y Dile, que ayer se arremangaron y sudaron de lo lindo para ayudarme a mover mis muebles. Chicos y chica; valéis un potosí. Y los que más cobraron en pizza y cerveza (y algo de vodka). No; no pienso colgar las fotos que saqué, al menos por aquí... Ahora me toca mover mi ropa, averiguar qué hay dentro de los millones de cajas, bultos y cajitas que parecen haber criado en este año y tirar, ante todo tirar muchas cosas. Pero eso es tarea mía. Gracias, muchas gracias.
Mención especial a otras personas que me han ayudado en este trance; mis padres (que se portan como auténticos campeones), Emma (por su soporte emocional, por aguantar mis neuras y por llevarme a IKEA cada vez que lo necesito, aunque cada viaje termine repercutiendo en sus pies, riñones y economía), a Impe (que también soporta mis neuras, aunque creo que deben sonarle demasiado familiares....) y a Anna. Y a toda la gente que me muestra su soporte, ya sea cara a cara o en la distancia. Todo esto está siendo más fácil gracias a vosotros.
Y los profesionales pueden cagarla más que yo.
No es que eso sea una novedad, pero cuando esta mañana dos operarios han venido a cambiar un par de baldosas a la oficina y han rebentado la cañería de abastecimiento de agua de toda la finca no he podido más que reírme. La oficina literalmente inundada y yo riéndome. Todos achicando agua y yo riéndome. Gran ataque de nervios generalizado y yo riéndome. Me he sumido en una especie de catarsis donde nada ya tenía importancia, donde todo te lo podías tomar a risa. Ha sido grandioso, profundamente cálido y reconfortante. Y héeme aquí; con un dolor de cabeza digno de todo un colectivo por el martilleo constante de los operarios (a mano y a máquina), sin poder hacer mi trabajo y aspirando polvo en grandes cantidades, jodida pero contenta. Así da gusto.
Alba Celaya salta con Bamby en abril de 2023
Hace 1 año
4 comentarios:
Un placer :)
Si hay algo que se pueda llamar "trabajo" con lo que he disfrutado de veras desde que vivo en Madrid ha sido con las mudanzas ménsicas, ya hayan sido propias o ajenas. Tenemos unos amigos que valen su peso en osmio.
Y ya sabes que si me pillases mas cerca hubiese ido encantada a cambio de la pizza, las birras y, principalmente, la grata compañía :D
Ánimo con tu "mudanza", aunque no te muevas de casa.
¿Veis como valéis lo que no está escrito? Ains....
Las pitsas estaban de muerte, y lo que nos llegamos a reír durante las maniobras no tiene precio.
Publicar un comentario