A cada cual le reconfortan cosas distintas.
A mí, concretamente, una de las cosas que más me reconforta en el mundo es un baño bien caliente, con burbujitas, un libro y algo de música que acompañe.
Tal vez lo siguiente en esa escala sea ver (y escuchar) una tormenta desde algún lugar cómodo y calentito.
Pero hay veces que algo se cuela en esa lista; algo que no tenías contemplado cuya idea, a priori puede resultar atractiva, pero no necesariamene algo en el camino de esa paz que se experimenta a veces por los motivos más rocambolescos. Ese algo que consigue tocarte la fibra y te hace sentir un poquito más cerca del dulce dejarte ir.
Hoy he descubierto que un par de cervezas y una partida de billar, jugando por jugar, sin buscar ningún otro fin, puede tener ese efecto.
Qué cosas puede descubrirte una tarde lluviosa.
Alba Celaya salta con Bamby en abril de 2023
Hace 1 año
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