El mes de febrero acostumbra a pillarme desprevenida, como a traspiés. Queda justo entre enero (el mes de la cuesta, el que estrena el año, el de los exámenes y los regalos de reyes) y marzo, en el que empieza a hacer calorcito y puedes verle las orejas a la Semana Santa.
Es un mes corto y anodino, como sin ganas. Está ahí porque había un hueco variable en el calendario y a alguien se le debió ocurrir que, bueno, algo había que hacer con él. Sí, alguien ha hecho un gran esfuerzo de Marketing para enmendar esa dejadez; este año pilla de refilón el carnaval (que es casi como si no le tocara) y le han colocado en el ombligo a San Valentín (supongo que si yo fuese El Corte Inglés adoraría febrero)... pero no, no me convence. Es corto e insípido, frío a veces, otras más templado (ni chicha ni moca, vaya).
Casi todos los meses me sugieren algo; todos tienen algo destacable, un carácter especial. Febrero sólo me da pereza. No sé por qué será.
Alba Celaya salta con Bamby en abril de 2023
Hace 1 año
4 comentarios:
Febrero aqui en Murcia es el de los examenes, los carnavales (el año pasado cayeron en plenos examenes) y el mes que nací yo. Hala, ya tienes motivos para febrero.
Febrero es el único mes que tiene días variables, y mi padre nació el 29. Rapun nació el 23.
Chica, sólo te he visto dos veces en vida, y esas dos veces han sido en febrero...
...como (sigh!) para (bua!) ...que... odies (sniff, anifff!) ese mes (moooc !). (sigh, no puedo seguir, qué desolado estoy).
:p
Impe; ya felicité a Rapun (a tu padre no tengo el honor)
Nirlem; También te felicito por tu cumple (con el atraso o adelanto que pueda llevar)
Pucela; Llevas en mi mente y en mi corazón mucho más que esos febreros.
Vale, lo que queráis, pero a febrero le tengo yo un poco de algo... :P
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